jueves, 27 de mayo de 2010

La muerte de mi amigo

A principios del año 1624 el rey Felipe IV inició un viaje a Cádiz para defender las tierras de los ataques de Gran Bretaña. Yo tuve el alto honor de alojarlo en mi humilde casa de Torre de Juan Abad.
(...)

Unos meses después me llegaron tristes noticias. En prisión murió mi amigo Pedro... Lo único que podía hacer yo era construirle ese monumento poético.



Epitafio al Gran Duque de Osuna

"...Faltar pudo su patria al grande Osuna,
pero no a su defensa sus hazañas;
diéronle muerte y cárcel las Españas,
de quien él hizo esclava Fortuna

Lloraron sus envidias una a una,
con las propias naciones las extrañas;
su tumba son de Flandes las campañas,
y su epitafio la sangrienta Luna.

En sus exequias encendió el Vesubio,
Parténope; y Trinacria al Mongibelo;
el llanto militar creció en diluvio:

dióle el mejor lugar Marte en su cielo;
La Mosa, el Rhin, el Tajo y el Danubio
murmuran con dolor su desconsuelo...."


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