viernes, 7 de mayo de 2010

Un poema para mi querida

Fue Pedro quien me convenció a decirle a Cecilia lo que siento por ella. Yo mismo tenía unas ganas enormes de confesarle mis sentimientos, pero no tenía valor. Temía que esto podía hacer que se rompiera nuestra amistad. Pero no podía aguantar más. Cada momento a su vera y sin poder tocarla ni besarla, era una tortura para mi. Le dedique un poema, y se quedó con los ojos llenos de lágrimas cuando se lo recité. Pero no eran lágrimas de tristeza, como aquellas que le llenaban los ojos cuando hablé con ella por primera vez, eran lágrimas brillantes, lágrimas de una mujer que llevaba toda su vida esperando un gesto como aquel que le regalé yo.


Es hielo abrasador, es fuego helado,
Es herida que duele y no se siente,
Es un soñado bien, un mal presente,
Es un breve descanso muy cansado.
Es un descuido que nos da cuidado,
Un cobarde con nombre de valiente,
Un andar solitario entre la gente,
Un amar solamente ser amado.
Es una libertad encarcelada,
Que dura hasta el postrero paroxismo;
Enfermedad que crece si es curada.
Éste es el niño Amor, éste es su abismo.
¿Mirad cuál amistad tendrá con nada
El que en todo es contrario de sí mismo!






1 comentario:

  1. É o gelo que queima é fogo congelado,
    É ferida que dói e não se sente,
    É um sonho, um presente ruim,
    Uma pequena pausa por estar muito cansado.
    É um erro que lhe dá o cuidado,
    Nomear um covarde como valente,
    Um passeio sozinho entre os povos,
    Um só amor para ser amado.
    É uma pena de prisão à liberdade,
    Que dura até o paroxismo;
    Último crescimento da doença, se tratada.
    Esta é a criança de amor, este é o abismo.
    "Amizade terá eis que com todos os que é diferente de tudo, sozinho!

    realmente muito bonito... parabéns!

    ResponderEliminar