jueves, 27 de mayo de 2010

Mi primer enemigo

Conocí en la corte a un varón un poco extraño pero interesante. Mi amigo me dijo que el era un sacerdote, hombre muy conocido en la corte y además escribia poemas! Incluso algunos de sus poemas se publicaron, igual que los míos, en la antología de Pedro Espinosa! Enseguida pensé en hablar con el y compartir mi experiencia. Que fue mi perplejidad cuando el se comportaba de una forma muy desagradable, desanimándome a si mismo. No me precupé por el. Si quería un hombre tetrico y no querido por la gente, no iba a molestarle, pense. ¡Pero qué perfido resultó ser ese individuo! El tuvo atrevimiento de criticar mis poemas delante del público... Para siempre recordaré su nombre. ¡Góngora es mi enemigo hasta la muerte! Y estoy seguro de que la mayoría de su público lo va a dejar cuando vea mi poesía! Es que la suya es como basura y no sirve para nada...
A Luís de Góngora

Yo te untaré mis versos con tocino,
porque no me los muerdas Gongorilla,
perro de los ingenios de Castilla,
docto en pullas, cual mozo de camino.
Apenas hombre, sacerdote indino,
que aprendiste sin Christus la cartilla,
hecho carnero en Córdoba y Sevilla
y bufón en la corte a lo divino.
¿Por qué censuras tu la lengua griega,
siendo solo rabí de la judía,
cosa que tu nariz aun no lo niega?
No escribas versos más, por vida mía;
que aun aquesto de escribas se te pega,
pues tienes de sayón la rebeldía.


No hay comentarios:

Publicar un comentario