viernes, 14 de mayo de 2010

Una sonrisa, un adiós...

Siento que el tiempo se nos escapa entre los dedos como granitos de arena... Creo que lo que tengo que hacer ahora es darle a Cecilia toda la felicidad que tanto soñaba, que tanto deseaba y que nunca ha tenido. Sé que tengo poco tiempo, pero voy a hacer que estos últimos dias sean para ella lo mejor que ha pasado en su vida.
Lo primero que hice fue regalarle un clavel rojo, que es su flor favorita y antes me había confesado que deseaba que el amor de su vida le regalara uno. Sacarle una sonrisa es un alivio para mi alma. Me siento feliz cuando la veo sonreir junto a mi aunque sé que pronto me tendré que despedir de ella con un "adiós"... Con lo difícil que era para mi decir "hasta mañana"...

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