viernes, 21 de mayo de 2010

Llegada a Valladolid

Era un día entristecido, lluvioso y un poco misterioso, las calles estaban llenas de penumbras y secretos susurros. La atmósfera pronosticaba que algo tuviera que ocurrirme, y no una cosa feliz. Paseaba lentamente por las calles para conocer mejor mi nueva posada y diferentes raros pensamientos me daban vueltas por la cabeza. Entre otros, soñaba con mi amor, la dama más bella que la salida del sol, una rosa o cualquier cosa en este mundo. Hasta ahora no puedo tomar en consideración que mi vida y mi inspiración me abandonó. Hablando francamente estoy pensando en ella sin cesar, me obsesiona su retrato, me siento como un moribundo y sólo ella me podria revivir... ahora ya no existe nada… ese maldecido día me pareció que ella volvió a mi lado para quedarse conmigo para siempre, que todo lo que sucedió en Madrid fue sólo una cruel pesadilla. Estuve seguro de que ella me miraba desde una esquina con ojos ardiendos... no se qué hacer, estoy obsesionado por su rostro... de nuevo me estoy volviendo loco... No creía que iba a ser tan difícil aprender a vivir sin ella...

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